Agua sin sal.

Ya ha sido muchas las páginas y artículos que se han escrito sobre la
desaladora y las posibles soluciones para el abasto de agua de la ciudad de
Hermosillo, todos han opinado, desde expertos, académicos, intelectuales, empíricos,
y hasta los que no saben nada del asunto. Espero que con este artículo no quede
entre estos últimos.

            En días pasados asistí a la plática
que dieron funcionarios públicos a un grupo de ex alumnos del Tec de Monterrey.
En una muy convincente exposición de dos horas, los funcionarios, entre ellos
expertos en hidrología, geología, tecnologías de punta, financieros, política,
etc., lograron convencer a la gran mayoría de que la planta desaladora es la
mejor opción para acabar de tajo el problema del agua en hermosillo para la
eternidad, esto basado en el vasto recurso hidrológico que es el mar.

            La planta desaladora es en
definitiva la mejor propuesta del momento, ya que no hay más de donde aruñar,
no hay agua suficiente en el subsuelo para bombearla a nuestra sedienta ciudad
desértica, no llueve lo suficiente para llenar nuestras presas, y para el colmo
de los colmos hasta el agua sucia de los drenajes ya tiene dueño y esta
politizada, dándole al traste a cualquier proyecto para limpiarla, purificarla y
tomarla.

            Aún con estas desgarradoras verdades
sobre la seca realidad de Hermosillo, miles de ciudadanos, personas que saben y
que no saben sobre agua y cuencas hidrológicas, se oponen a esta solución. La
razón principal radica en el miedo a la corrupción, al manoteo como diría la
raza.

            Ante tales cuestionamientos lo
primero que aflora es la naturaleza misma del financiamiento de la planta
desaladora, la cual costara la nada detestable suma de dos mil millones de
pesos. Este dinero no saldrá de las arcas del gobierno, en ningún nivel, sino
que será financiado por capital de origen español. Así pues los funcionarios
asistentes a la platica arguyeron que de esta forma era imposible que surgiera
cualquier viso de corrupción, ya que el dinero no será público sino privado.
Aquí comienza lo raro.

            Se estima y los funcionarios lo
mencionaron, que el estudio, sólo el estudio, para presentar una propuesta al
gobierno costaba alrededor de medio millón de dólares o aún más. Para la planta
desaladora entraron inicialmente a la pelea por este gran pastel doce empresas.
De las doce empresas o conjuntos de empresas, la gran mayoría de ellas
trasnacionales, sólo una logró reunir todos los requisitos y pasar todas las
trabas burocráticas que presupone un gran proyecto como éste.

            Es lógico, muchos de ustedes
pensarán, que sólo una empresa ganaría, pero en este caso sólo una empresa
logró presentar el presupuesto y la propuesta completa, las demás se quedaron
misteriosamente en el camino, y sin ninguna explicación de por medio por parte
de los funcionarios. Así pues sólo una empresa, en este caso Unión FENOSA,
“ganó” la convocatoria pública para un proyecto privado. Las otras once dejaron
inconclusos estudios que ya les habían costado mucho dinero. ¿Raro no?

            Aún con la respuesta de que el
dinero no es publico sino privado, y que no se puede prestar a malversaciones,
la planta desaladora será pagada por los consumidores de su agua en un plazo de
veinte años. Es decir, el costo de esta se puede inflar para lograr una
licitación favorable, y aun así será pagada por el respetable ciudadano
consumidor de agua, a un precio que todavía no se establece ni se marca claro,
sujeto al costo de los insumos internacionales, al vaivén de la moneda, al
costo de la energía eléctrica e inflación. Y la empresa inversionista téngalo
por seguro no va a perder ni un solo centavo de su inversión.

            ¿Porque las otras once compañías no
lograron llegar a la recta final de la licitación?, es una pregunta que debe de
ser contestada con claridad y que en caso de no resolverse requiere de una
investigación profunda, por lo menos periodística.

            Otro punto en contra es la
localización de la planta misma, actualmente en el proyecto esta contemplada su
localización a aproximadamente ciento treinta kilómetros de la ciudad, hacia la
costa de Hermosillo. Una pregunta que afloró en varios de los asistentes es:
¿Porque no Guaymas?. Si una planta desaladora se sitúa en Guaymas, solucionaría
en parte los problemas económicos de ese puerto, y lo más importante, solucionaría
los problemas de agua potable de por lo menos cuatro ciudades, entre ellas
Hermosillo, Guaymas, San Carlos y Empalme, desarrollando así un corredor
Turístico-Empresarial entre Guaymas y Hermosillo. Además con la utilización
inversa del hoy tan peleado acueducto Yaqui-Guaymas, hasta se puede surtir en
un futuro la demanda de agua de estas regiones más al sur.

            Por último, a la par del problema de
abasto de agua en nuestro desértico panorama también hay el problema de abasto
de energía eléctrica. Este problema no es aislado de nuestro país, vemos como
hay recortes de energía en muchos países del mundo entre ellos Estados Unidos.

Una planta desaladora consumirá decenas de megawatts por hora, y las
bombas que subirán el agua a doscientos metros sobre el nivel del mar también
consumirán bastante energía. ¿De donde la sacarán…? ¿De la nueva planta de
ciclo combinado construida también por Unión FENOSA?, ¿Y si sube el precio del
Gas Natural con el que se opera la planta de energía, subirá el del agua
potable también?

Hermosillo esta sediento, y su sed tiene que ser aliviada en un proyecto
de grandes magnitudes como la desaladora, pero este proyecto al ser pagado en
un futuro por los ciudadanos requiere de transparencia y efectividad. Los
ciudadanos ya estamos hartos de ver a funcionarios misteriosamente enriquecidos
por oleadas en cada sexenio que ha concluido. Unos con magnos proyectos
carreteros, otros con magnos proyectos urbanos.

El proyecto de la desaladora deberá de ser puesto en consideración junto
con las propuestas de los candidatos para gobernador del 2003, no deberá de ser
un proyecto de mitad y final de sexenio porque se presta a muchos malos manejos
y pensamientos. Este proyecto deberá de estar en el bagaje del próximo
gobernador, sea del partido que sea. Más claro que el agua sin sal, nada.

*Escrito publicado el día 6 de septiembre de 2001 en la sección editorial del periódico El Imparcial, en la columna Editorial De Frente.

PD: cási a nueve años de distancia el problema del agua potable en hermosillo no ha sido resuelto. Y hoy se pone a consideración de nuevo una planta tratadora de agua de mar para resolverlo. Hay muchas aristas y muchos problemas que resolver que todavía a 9 años de la propuesta de FENOSA no se han resuelto.