Sobre Impuestos – Economía

   https://www.ikaroo.com/noticias_img/19092009_010407_reforma%20impuestos.jpg

El martes de la próxima semana se discutirá el paquete económico entre las discusiones más profundas está lo referente a los nuevos impuestos. Aunque con lo de nuevos no estoy diciendo nada nuevo, siempre se han discutido nuevas reformas, sin temor a equivocarme puedo decir que tenemos la ley de ingresos y egresos más parchada del mundo.

    Hace algunos años, el 24 de marzo de 1997 escribí para mi amigo Ricardo Valenzuela y su Non-Profit  Centro de Estudios Intermex un artículo sobre los impuestos. Años después el 12 de Abril del 2001 escribí para el periódico El Imparcial en la columna editorial De Frente el articulo De colas y rabos.

    Como parte de este blog comenzaré a retomar temas escritos con anterioridad bajo la sección Antología, y cuando tengan que ver con temas actuales los retomaremos en base a la congruencia que tiene que tener todo escritor, editorialista o dueño de pluma de ser apegado a sus palabras y pensamientos siempre.

    Hoy retomaré el artículo escrito en el 97, mañana publicaremos el artículo que esta en el link publicado arriba. Esperaremos al martes a ver el resultado de esta telenovela que son los impuestos en México.

*Artículo publicado el 24 de Marzo de 1997, en el ejemplar número 15 de la Carta Intermex.

IMPUESTOS: CRITERIOS Y REALIDADES.

          *Sergio J. Zaragoza S.

          Antes de comenzar este
artículo quisiera aclarar algo: No soy economista, ni banquero, ni funcionario público,
soy una persona que paga impuestos, tengo mi propia empresa la cual cada
trimestre tiene que hacer cheques a nombre de la tesorería de la federación,
tiene que pagar impuesto al valor agregado, impuesto al activo, impuesto sobre
la renta, impuesto de tenencia, impuesto predial, impuesto de crédito al
salario, impuesto de seguridad social (en manos de gobierno), impuesto sobre
autos nuevos, impuestos de importación, etc., etc., etc., la lista es larga y
no tengo porque aburrirlos con ella.

          Primero me gustaría
comenzar con la definición de impuesto:  imposición,
gravamen, fuerza coercitiva; lo impuesto no es voluntario, es afuerzas.  J.B. Colbert, ministro francés de finanzas de
la pre-revolucionaria monarquía de Luis XIV, resumió los impuestos de la
siguiente forma: “El arte de los impuestos consiste en desplumar un ganso hasta
obtener la mayor cantidad de plumas con la menor cantidad posible de
graznidos”.

          El senador Russell Long
(D.-La.) defino la política impositiva de la siguiente forma: “No pongas
impuestos en ti, no pongas impuestos en mi, aplícaselos al individuo detrás del
árbol” (traducción de: Don’t tax you, don’t tax me, tax that fellow behind the
three).

          Pero las definiciones más
convenientes no son en gran parte las de los políticos, sino las del pueblo,
sobre el cual recaen los impuestos: “Los impuestos son en su gran mayoría un
robo”, “El gobierno es el único individuo facultado con una licencia para robar
legalmente a través de los impuestos”, “Mi socio mayoritario es el gobierno”.

          La función principal de
los impuestos es la de proveer de recursos al gobierno para que este cumpla con
la cabal distribución de los mismos, ya sea para el pago de nominas de burócratas,
la prestación de servicios que normalmente no aplicaría la ciudadanía
(carreteras, escuelas, casas para el pobre, welfare) y la distribución de la
riqueza. Aún así el impuesto se ratifica como un pago involuntario para apoyar
la provisión colectiva de ciertos bienes y servicios, no un precio a pagar por
los mismos.

          Para la recabación de
impuestos debe de existir una política fiscal, la cual describen los
economistas George Break y Joseph Pechman: “La principal meta de la acción
fiscal es la de transferir recursos de un grupo de la sociedad a otro, en
formas que no estorben y a su vez faciliten el logro de otras metas económicas”.
Esta transferencias de recursos se simplifican con la transferencia de poder de
compra, ya sea dentro del sector privado o del sector público. La política
fiscal busca estos cambios con el menor daño posible en materia económica y
social.

          El entrar en criterios
para juzgar las tasas de impuestos, seria meterme en camisa de once varas (un
problema hasta para el gobierno). Pero el maestro de maestros en economía nos
da una lección en su libro Wealth of Nations (1776), donde Adam Smith propone
cuatro criterios estándar que deben de guiar los impuestos en una economía de
mercado:

          a) Los individuos de cada
estado (nación) deben de contribuir en el apoyo a sus gobiernos, en la manera más
cercana posible y en proporción a sus habilidades, esto, en proporción a sus
ingresos que cada uno de ellos disfrutan bajo la protección del estado.

          b)El impuesto que cada
individuo deberá de pagar, será exacto, no arbitrario. El tiempo para pagar, la
manera de pagar, la cantidad a pagar, estas deberán de ser claras y sencillas
para el contribuyente y para todas las personas.

          c) Cada impuesto debera
ser recolectado en la manera y en el tiempo que sea más conveniente para el
contribuyente.

          d) El impuesto deberá de
ser concebido de una manera que tome poco y mantenga poco fuera de las bolsas
de las personas, esto arriba y sobre lo que ingrese a la tesorería publica del
estado. Un impuesto podrá tomar más y mantener más, fuera de los bolsillos de
las personas  que de lo que ingresa a la tesorería
publica de las siguientes maneras:

                   i) El cobro del
mismo solicitará un gran numero de personas, cuyos salarios se “comerán” una
gran parte del producto de los impuestos, y cuyos prerequisitos pueden imponer
otro impuesto adicional a la gente.

                   ii) Podrá
obstruir en la industria y desilusionar al empresario de aplicar en ciertas
formas y maneras que puedan dar mantenimiento y empleo a grandes multitudes.

                   iii) Debido a los
castigos y penalidades que obtienen aquellos infortunados individuos que
incurren o atentan sin éxito el evadir impuestos, podrá llevarlos
frecuentemente a la ruina y quiebra y por ende poner un alto al crecimiento y beneficio
de la comunidad, beneficio que se hubiera obtenido con el uso de esos
capitales.

                   iv) Sujetando a
las personas y empresas a continuas y odiosas visitas de examinación y revisión
por parte de los recolectores de impuestos, esto podría exponerlos a problemas innecesarios,
vejación, y opresión: aún tomando en cuenta que la vejación no es estrictamente
hablando un gasto, es ciertamente equiparable a un gasto que cualquier hombre
quisiera evitar sobre si mismo.

          En resumen: equidad, eficiencia
en los efectos económicos, costo de recolección (costo al gobierno e impacto en
el contribuyente), y consecuencia en los ingresos.

          Así pues los gobiernos se
exponen a problemas sociales, económicos y políticos con las políticas fiscales
que ellos lleven a la práctica. Para ellos no es fácil determinar una equidad
tanto horizontal como vertical. Es decir horizontal para que se apliquen tasas
iguales en sectores iguales, como vertical para que se apliquen tasas
equivalentes en distintos rangos de ingresos. Nacen preguntas como la
siguiente, ¿si yo gano dos veces más que mi vecino, deberé pagar dos veces más
de impuestos que el?, o ¿si mi vecino gana igual que yo, pero esta en el sector
salud y yo en el manufacturero, paga los mismos impuestos que yo, o paga menos
debido a que está en un sector social?.

          Debido a la amplitud de
criterios y políticas fiscales, tenemos una gran variedad  de los mismos a niveles internacionales. En Arabia
Saudita y algunos países donde reinan jeques árabes y emires, los impuestos no
son conocidos, la gente puede poner empresas de distintos rangos, y sobre ellos
no pesarán impuestos, ni de importación, ni de operación.

          Países integrantes de la
OCDE, entre ellos Estados Unidos, Canadá y México, pagan distintas tasas de
impuestos, sólo para comparar: En Estados Unidos se paga aproximadamente un
16.5 porciento del total en impuesto sobre consumo de bienes y servicios, Canadá
paga un 27.4, y México alcanza un 30 porciento con su impuesto al valor
agregado.

          José López Portillo,
expresidente de México, dijo en una entrevista: “Si yo pudiera llegar a la
presidencia, aunque sea una semana, eliminaría el Impuesto al Valor Agregado
(IVA). El IVA causó que el gobierno mexicano cayera en una espiral
inflacionaria, yo fui el primer presidente que lo impuso y ese fue mi principal
fracaso, una verdad que me duele decirla”.

          Haciendo una reseña histórica,
el expresidente habló con la verdad, el fue el primer presidente en México en
aplicar un impuesto que grava por igual a toda la población, ricos y pobres, y
que no tiene equidad vertical, ni horizontal. Al aplicar tal impuesto, los
empresarios comenzaron a elevar los precios de sus productos, y se vino una inflación
que alcanzó y sobrepasó el 100%, le sobrevinieron devaluaciones y un caos económico
que cimbro la nación, provocando daños que duran hasta hoy.

          Hoy México es una nación
de impuestos elevados, un 35% en impuesto sobre la renta (ingresos), un 15% en
impuesto al valor agregado (consumo), un 2% en impuesto al activo (ahorro),
Seguro Social (impuesto galopante e incalculable), Infonavit (impuesto a
vivienda), SAR (ahorro para el retiro, impuesto al empleo). México es una nación
de muchos impuestos, los cuales desilusionan al empresario en establecer nuevas
empresas, incentivan la economía informal y por lo tanto la competencia
desleal, provocan la evasión de impuestos y por lo tanto campañas amargas,
amenazadoras e idiotas por parte del gobierno.

          México es un país de
impuestos, y aun así no ha salido del tercer mundo. ¿Donde están esos
impuestos?, ¿en carreteras de cuotas altas?, ¿en deuda publica estatal?, ¿en
devaluaciones?, ¿en campañas muy costosas de amenaza al contribuyente, ya sea
por televisión, radio o prensa?, ¿en la contratación de miles de auditores cada
año?.

          México es un país de
impuestos, y de ciudadanos que los desconocen, de ciudadanos que no protestaron
por un incremento del 50% en el IVA, de ciudadanos que no critican las políticas
fiscales de México, de ciudadanos que evaden al fisco porque es más fácil para
ellos pagar mordidas a los inspectores.

          La situación fiscal de mi país
tendrá que cambiar, ¿como?, enfrentando primero un reto político, cambiando a
los que hacen las leyes para que vean primero por la gente y después por sus
intereses personales, dejando el mercado libre para que los empresarios lo
hagan crecer. Es curioso leer constantemente en los periódicos, “El gobernador
tiene la meta de crear 25 mil empleos”, esa mentalidad debe de cambiar, el
gobierno no crea empleos, lo empleos los crean los empresarios, las industrias,
el comercio y los servicios, los burócratas son solo una carga fiscal más.

          Las políticas fiscales
cambiarán en mi país cuando ciudadanos comunes y corrientes entiendan los
impuestos, vean como se perjudican con ellos cuando estos son exagerados y
punitivos, cuando estos no se aplican parejo, cuando estos son robados, cuando
estos se destinan a pagar deudas externas que se generan por ineptitud de
gobiernos pasados y presentes. Habrá un cambio cuando se combata la corrupción
y el dinero le alcance mejor al gobierno, cuando se dejen de encarecer las
obras publicas con “mochadas” y prebendas, y se adelgace el aparato burocrático.

          Detrás de las políticas
fiscales y los impuestos radican muchas variables, actitudes y consecuencias.
Los impuestos deben de pagarse, en eso no hay duda, son parte del crecimiento
de una nación, pero estos deben de ser justos, deben de apegarse al mínimo y
enriquecedor criterio de Adam Smith, el cual pugnaba por un gobierno delgado y
una nación fuerte.

*Sergio
J. Zaragoza S., mexicano, 24 años de edad, Ingeniero Industrial y de Sistemas
egresado del Instituto Tecnológico de Monterrey, estudiante de la Maestría en Ingeniería
Industrial del mismo Instituto. Empresario en el ramo de la reconstrucción de
partes automotrices. Editorialista y escritor en varios periodicos y revistas de
circulación estatal y nacional.

Descargar IMPUESTOS CRITERIOS Y REALIDADES LA CARTA INTERMEX 24 MAR 1997